Hasta hace pocos años, no se planteaba seriamente la cuestión de la presencia o ausencia de las autoras en el campo de la Filosofía. El canon (las obras principales consagradas) pertenecía enteramente a un mundo de hombres.
Sin embargo, a partir de la eclosión de los feminismos en el siglo XX (en particular la publicación de “El segundo sexo” 1949 de Simone de Beauvoir) y los llamados post-feminismos (especialmente con la publicación en 1991 de “El género en disputa” de Judith Butler) la reivindicación del lugar de las mujeres como productoras de saber y creadoras originales en el mundo de la cultura se ha puesto de manifiesto con gran fuerza, también en los distintos movimientos políticos y sociales. En el ámbito filosófico todavía no es tan evidente esta presencia, sobre todo porque para muchas de ellas, estudiantes y profesoras, la Filosofía todavía es una disciplina demasiado cerrada en sí misma. Intervenir en la Filosofía para introducir lo que María Zambrano denominó una “metafísica experimental” no es nada sencillo.
Sin embargo, junto con el rescate de “las autoras” en Filosofía y la restitución de la tradición escrita olvidada, encontramos otra pregunta tal vez menos evidente: el problema de la feminidad. ¿Qué es la feminidad desde la perspectiva filosófica? ¿Se puede preguntar por este tema igual como preguntamos sobre la belleza, el bien, o el amor desde la perspectiva filosófica? Parecería que la Filosofía no termina de atreverse a plantear lo femenino como un asunto susceptible de ser abordado filosóficamente.
Sin embargo, a partir de la eclosión de los feminismos en el siglo XX (en particular la publicación de “El segundo sexo” 1949 de Simone de Beauvoir) y los llamados post-feminismos (especialmente con la publicación en 1991 de “El género en disputa” de Judith Butler) la reivindicación del lugar de las mujeres como productoras de saber y creadoras originales en el mundo de la cultura se ha puesto de manifiesto con gran fuerza, también en los distintos movimientos políticos y sociales. En el ámbito filosófico todavía no es tan evidente esta presencia, sobre todo porque para muchas de ellas, estudiantes y profesoras, la Filosofía todavía es una disciplina demasiado cerrada en sí misma. Intervenir en la Filosofía para introducir lo que María Zambrano denominó una “metafísica experimental” no es nada sencillo.
Sin embargo, junto con el rescate de “las autoras” en Filosofía y la restitución de la tradición escrita olvidada, encontramos otra pregunta tal vez menos evidente: el problema de la feminidad. ¿Qué es la feminidad desde la perspectiva filosófica? ¿Se puede preguntar por este tema igual como preguntamos sobre la belleza, el bien, o el amor desde la perspectiva filosófica? Parecería que la Filosofía no termina de atreverse a plantear lo femenino como un asunto susceptible de ser abordado filosóficamente.
En este curso platearemos que incluir o no el problema de la feminidad en el discurso y la reflexión filosófica afecta plenamente a la Filosofía como disciplina, resquebraja sus seguridades adquiridas y obliga al cánon filosófico a titubear un poco.
Trataremos de entender en qué medida la posición femenina en el discurso de la cultura, tanto del lado del cuestionamiento como del lado de la reivindicación, permite redefinir la práctica misma de la interrogación filosófica, su dialéctica, su modo de abordar los problemas del mundo.
Trataremos de entender en qué medida la posición femenina en el discurso de la cultura, tanto del lado del cuestionamiento como del lado de la reivindicación, permite redefinir la práctica misma de la interrogación filosófica, su dialéctica, su modo de abordar los problemas del mundo.
- Calendario de impartición: Abierto
- Tiempo total estimado de dedicación: 25 horas
- Área de conocimiento: Ciencias Sociales y Humanidades
- Profesorado: Anna Pagès Santacana
- Idioma: Español
- Modalidad: Vídeo
- Precio: GRATUITO. Agregue un Certificado Verificado por 30€